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A la Sagrada Majestad de la VERDAD

Thomas Taylor

lunes, 2 de noviembre de 2009

CARTA DE LA CIUDADANÍA PLANETARIA

Carta de la Ciudadanía Planetaria

En todos los continentes, se expanden foros y redes de organizaciones sociales que buscan la Carta de la Ciudadanía PlanetariaPaz, la Justicia y mayor comunicación entre la humanidad y la naturaleza. Los Foros Económicos y Sociales Mundiales, grandes avances de la humanidad, representan visiones importantes, aunque parciales, de cómo debe ser el mundo. En comunión con todo ese proceso internacional, nosotros, participantes del 1º Forum Espiritual Mundial, en la búsqueda de "un nuevo mundo posible", reunidos en Brasilia, del 6 al 10 de diciembre de 2006, en un coro de muchas voces, afirmamos que las propuestas económicas y sociales no tienen, aisladamente, cómo solucionar satisfactoriamente los problemas de la humanidad. Urge una perspectiva espiritual, basada en el amor universal. La Espiritualidad constituye, en última instancia, el campo fértil de donde surge la sabiduría y la ética del amor, ampliando los significados de la existencia humana. Es la percepción de la unidad de todas las cosas y de la sacralidad que impregna la existencia.

Creemos que la vida está regida por leyes cósmicas. El agua moja, el fuego quema, la lluvia cae, la semilla germina, el pimpollo se transforma en flor, al invierno sigue la primavera, al verano sigue el otoño, el amor construye, trae felicidad y alegría. Cosmos, galaxias, soles, planetas, minerales, cielo, tierra, nacientes, ríos, océanos, vegetales, animales, seres humanos son interdependientes y complementarios. Del macrocosmos al microcosmos la tela de la vida es única. La vida es inteligente y amorosa, todo forma parte de un equilibrio perfecto y armonioso.

La evolución científica, tecnológica, política y económica constituye una bendición para la humanidad. Pero, ciertamente, precisa de un ingrediente, un complemento más significativo, efectivo, profundo, para que cada ser humano y la humanidad encuentren un estado de integridad y felicidad. La falta de percepción de la interdependencia y la complementariedad de toda la vida genera la visión individualista, materialista, la ilusión de la separatividad. Es necesaria la percepción de la hermandad de todos los seres vivientes, de todos los reinos, de todas las razas, etnias, credos, géneros y clases sociales. Todos pertenecemos a una misma fuente de vida, estamos todos hechos del mismo barro. Nuestra familia es la humanidad y todos los seres que componen la tela de la vida, hijas e hijos de la Tierra.

Así, la base fundamental para la construcción de una sociedad digna está en la percepción de la unidad de la vida, que debe revelarse a través de la solidaridad efectiva, real, con actos concretos de sensibilidad, fraternidad, ética, simpatía, gentileza y cuidado. Son actitudes que dependen de la transformación de cada uno de nosotros, de la expresión de nuestras potencialidades internas. Ningún régimen, sistema o forma de gobierno, institución política o económica puede, por sí sola, garantizar una sociedad digna. Solamente con la incorporación, en nuestras vidas, de la solidaridad, de la fraternidad, del afecto, del acto amoroso, de la espiritualidad y de la ternura podremos alcanzar un saludable relacionamiento humano y planetario. No hay ideología superior a la solidaridad.

Dentro de esta perspectiva, es esencial una nueva óptica, una nueva visión filosófica que comienza con el respeto y la valorización de la diversidad, se amplia en la percepción de la unidad de vida y se completa con una nueva actitud. Esta nueva mirada – con los ojos del corazón – debe cambiar nuestras motivaciones e intenciones para que sean altruistas, promoviendo una revisión de nuestros valores.

La revisión necesaria deberá alcanzar la dimensión económica, colocándola al servicio de la sustentabilidad y la justicia social. La revisión será necesaria en las instituciones políticas y educacionales, que necesitan repensar sus papeles en la formación de una civilización solidaria que exprese sus mayores inspiraciones: felicidad, paz, respeto, autenticidad, armonía y cooperación. Esa revisión debe llegar a las instituciones religiosas, para que se adapten a las necesidades de su tiempo, actualizando y profundizando sus enseñanzas y generando seres humanos maduros, más sabios y responsables, capaces de amar y de trabajar hombro con hombro con aquéllos que son diferentes. Nuestro futuro depende de alcanzar la genuina sabiduría espiritual, por la integración de las diferentes visiones, sean científicas, filosóficas, religiosas o por la disposición de entregarse al profundo encuentro con la energía de lo sagrado, sea cual fuere el nombre que a ella se le dé, ya que esa fuerza es la fuente de sabiduría profunda y del amor sin fronteras. No hay ética verdadera que no provenga de ella.

La educación debe privilegiar los valores éticos; las ciencias de la salud deben estar dirigidas a una percepción integral del ser humano; la economía y la tecnología deben estar dirigidas prioritariamente para las necesidades humanas y planetarias; la política debe tener como base primordial la ética, el servicio público, y el interés colectivo; las religiones deben estar orientadas hacia la espiritualidad, religiosidad, tolerancia, respeto mutuo, y esencialmente hacia la hermandad universal; la sociedad debe elaborar nuevos paradigmas basados en la solidaridad y en la protección de la vida. Todos los sectores de actividades deben estar impregnados de espiritualidad, de fe en la sacralidad de la vida, de actuación positiva, para el bien, para la plenitud del ser.

En nuestras efímeras y transitorias vidas, somos las ciudadanas y ciudadanos del Planeta. Las divisiones que creamos son artificiales, una ilusión, ya que el Planeta es uno solo. Somos los tripulantes de la Nave-Tierra, somos la propia Tierra, y es fundamental la unión amorosa de todos, para un viaje feliz, para la preservación de la humanidad y de la vida planetaria, en esta saga maravillosa de nuestra Madre-Tierra girando armoniosamente rumbo al infinito.

El mundo somos nosotros, seres cósmicos. Así, tenemos el poder de transformarlo en un mundo mejor. La vida está regida por leyes cósmicas confiables, lo que nos permite actuar con seguridad hacia el cambio de la vida planetaria. Hay una perfecta y dinámica correlación entre causa y efecto. Queramos o no, somos inexorablemente responsables por el mundo que tenemos, por acciones u omisiones. Como activistas de la paz, habremos de crear una masa crítica que permita establecer nuevos paradigmas. Cada uno de nosotros es un eslabón de la cadena que une a todos los seres. Es preciso crear la consciencia colectiva de la responsabilidad individual, actuando para sustituir el egoísmo por el altruismo, el individualismo por la solidaridad, el consumismo por la sencillez, el tener por el Ser, el materialismo por la espiritualidad.

Que cada uno de nosotros pueda asumir consigo mismo, con su Yo interior, con la consciencia, con la Humanidad y con el Planeta un compromiso que tenga el siguiente conte-nido:

"Consciente de que el establecimiento de una sociedad justa depende de la transformación individual de cada ser humano, me comprometo a actuar - con amor, inteligencia y solidaridad - empeñando lo mejor de mis capacidades y habilidades para la construcción de una sociedad libre, igualitaria, fraternal, buscando proteger la vida planetaria y construir una organización social justa y digna, reconociendo que mi familia es la humanidad y que estoy hermanado con todos los seres vivientes”.

RECOMENDACIONES

EL 1º FÓRUM ESPIRITUAL MUNDIAL aprueba las siguientes recomendaciones:

a) promover la fraternidad entre todos los seres - independientemente de reino, raza, etnia, género, credo, clase social- como fundamento básico para la organización de la sociedad y para la actuación política;

b) apoyar el trabajo de las Naciones Unidas y de otras organizaciones nacionales e internacionales en la construcción de la paz mundial y en la defensa de los derechos humanos;

c) fomentar la acción armónica y consensuada, orientada a la integración política y económica de los pueblos, respetando las culturas, religiones, tradiciones y lenguas locales;

d) fomentar la educación y el estudio comparativo de culturas, tradiciones religiosas, filosóficas, ciencias y artes apuntando hacia una mayor aproximación e integración entre los seres humanos y los pueblos;

e) concientizar a la sociedad para la protección de la vida y la conservación del ambiente natural, en defensa del mantenimiento de la biodiversidad, de la flora y de la fauna, de los ríos, de los lagos y de las nacientes; actuar para que aquéllos que causaron o vayan a causar daños a la naturaleza, especialmente a los manantiales hídricos, recompongan los ecosistemas;

f) empeñarse en pro del desarme mundial y de la eliminación de las minas terrestres;

g) proponer a las Fuerzas Armadas el direccionamiento de sus efectivos hacia la ejecución de tareas orientadas al establecimiento de la justicia social y de la defensa del equilibrio ecológico planetario;

h) instituir un documento de identidad personal reconocido en todo el Planeta;

i) incrementar la realización de plebiscitos como forma de valorar la ciudadanía y ampliar la democracia directa y participativa;

j) propugnar por la democratización de los medios de comunicación, con el objetivo de garantizar a todos la divulgación de sus ideas y pensamientos; trabajar para que los medios de comunicación asuman el compromiso ético de estar al servicio de los valores que construyen y fortalecen una cultura de paz entre todos los seres;

l) proponer la creación de una unidad monetaria, en el ámbito planetario, a partir del respeto y de la valorización de la economía solidaria y de la vida de las comunidades más carenciadas;

m) defender una legislación justa con la valorización del Estado de Derecho;

n) crear mecanismos y sistemas que posibiliten la efectiva participación de todos en la vida política, económica, cultural y social en el ámbito planetario;

o) desarrollar el respeto de los derechos individuales y colectivos y la pluralidad y diversidad de ideas y pensamientos;

p) garantizar igualdad de oportunidades para todos, sin ninguna discriminación, con la erradicación de la miseria;

q) promover el acceso de todos a la educación, en especial a la educación de valores;

r) promover el acceso a la salud, con adopción de vida saludable y alimentación natural;

s) instituir acciones que promuevan cambios en los hábitos de consumo, de modo de sustituir el consumo exacerbado por el consumo consciente, con el uso equilibrado de los recursos naturales;

t) incentivar, en el ámbito mundial, la adopción de una lengua neutra - como el esperanto - como lenguaje de comunicación y de intercambio cultural y comercial, con la conservación de las lenguas y dialectos locales, garantizando la democracia lingüística y el mantenimiento de los valores culturales de todos los pueblos;

u) recomendar la creación de empresas cuyos participantes sean, en un sistema cooperativo e igualitario, sus propietarios;

v) apoyar y desarrollar actividades agrícolas que, a partir de la percepción de la unidad de la vida, conserven el medio ambiente y la naturaleza, priorizando una producción agrícola que garantice una alimentación orgánica y ecológicamente correcta;

x) congregar a organizaciones sociales para potencializar sus fuerzas y divulgar sus trabajos;

z) apoyar y promover eventos culturales y espirituales o campañas que eleven los paradigmas de la sociedad.

¡La humanidad precisa de todos nosotros!

Cada uno de nosotros tiene el poder de cambiar el mundo.

¡Y juntos nuestro poder es mayor!

1º FORUM ESPIRITUAL MUNDIAL

Brasilia – Diciembre 2006